let it snow, let it snow, let it snow


Y hay agua congelada en las alcantarillas y algo de nieve que quedó de la otra mañana y nosecuantos grados bajo cero –ya hace rato que el frío ya es el mismo y dejé de seguirle el rastro al Weather Channel–. Total, que me envuelvo en mi bufanda de colores, mi gorro de lana y toda la ropa que me entre antes de convertirme en esta suerte de muñeco no-articulado, y salimos. Allá, a las calles. Allá, afuera, que es donde está esta ciudad.

i corazon ny


Como Dylan, que al final de Just like Tom Thumb's Blues decide que se vuelve a New York City, acá estamos. Otra vez. Una vez más.
Y ya nunca más voy a decir que puede ser la última.
No. No con New York.

por la panamericana hasta memphis y las vegas


Salimos a la ruta, a pasar el día en las afueras.
Algo para comer, algo para tomar, auto, anteojos de sol.
Y discos.
Y como es 8 de enero, su cumpleaños, son todos discos de Elvis.
Ana, desde ya, hace la selección de discos, de su colección. Uno. Un compilado –Love Songs– que es lindísimo y tiene Are you lonesome tonight y Unchained melody y con eso alcanza. Dos. Una edición especial de un disco de 1970 That's the way it is– con un par de discos extras que es un ideal ejemplo de lo que deben ser las ediciones especiales. Tres. Uno en vivo grabado en el Madison Square Garden en el 72, que le regalé en NY, en nuestro primer viaje.
Genial.
Allá vamos.
Y Elvis, su música, que termina siendo una buena banda de sonido para estar yendo. Y subimos el volumen y van pasando todos los varios Elvis y You don't have to say you love me y I'm all shook up y Teddy bear y Heartbreak hotel y You've lost that loving feeling y Can't help falling in love y cantamos y nos acordamos las letras aunque haga tiempo que no escuchamos las canciones –hay algo de esas cosas que quedan grabadas ahí en nuestra mente desde, parece, siempre– y en el medio están, sí, esos instantes en que nos callamos, nos callamos para escuchar ciertas partes que sólo se pueden escuchar, así, en silencio, así, dejando que esa voz, sólo esa voz, sea el centro del mundo.
Y llegamos.

dos cero diez

Empezamos el año al mediodía. Silencio en las calles y en todas las casas de por acá. Como que todo los sonidos se los gastaron en los cohetes de anoche. Hace calor y escapamos abajo del ventilador de techo que hace un poco de ruido. Desayuno en la cama. Vemos una peli, (500) Days of Summer, linda, nos gusta. Escribimos y mandamos mails a amigos. Hacemos promesas que tal vez este año cumplamos. Pensamos viajes. Imaginamos libros. Soñamos dibujos. Almorzamos escuchando a Elvis y a los Smiths. Todo va bien. El año va bien.
Que siga, entonces.