horas en aeropuertos


En las pantallas, hace rato que el vuelo 2531 sigue apareciendo como "delayed". Y sin embargo, la gente –mucha gente– está parada haciendo cola delante del gate 5 como si el vuelo fuera a salir sin avisar y los fuera a dejar en Córdoba. Pasa siempre.
Estoy sentado, tratando de seguir con un libro –Agosto, de Romina Paula–, pero estas demasiadas horas ya de estar en espera en aeropuertos –aunque, en realidad, ¿qué otra cosa se puede hacer en un aeropuerto que no sea esperar?– me terminan ganando y no puedo dejar de mirar cómo se mueve la gente acá, de este lado, esperando un vuelo que nunca, eso parece, se mueve en las pantallas. Cierro el libro.
Vuelvo al miércoles, dos días antes.
Casi las seis de la mañana en Aeroparque. Hay niebla en Córdoba, supongo, y por eso el vuelo está demorado. No nos dicen nada, de todos modos. Evito los desayunos de más de 50 pesos y me siento a leer. Una, dos, tres horas después, no sé, embarcamos. Miro el reloj. Todavía podría estar durmiendo calentito en mi cama. Pero estoy subiéndome a un avión –o, mejor dicho, a un micro que me lleva a un avión porque, Murphy's Law o la ley del menor costo, nunca nos toca un avión al que se embarque por manga y entonces, ahí vamos, de paseo en micro por el Aeroparque.
Vuelo tranquilo, asiento 24B, pasillo. Jugo de naranja, una cajita con un budín, una barrita de cereales y un caramelo de dulce de leche. Ya debemos estar por llegar. Voz del piloto que nos dice que no, que sigue habiendo mal tiempo en Córdoba y que nos desviamos a Mendoza y ahí vamos a esperar para volver a intentar llegar a Córdoba. Murmullo y mal humor entre los pasajeros. Voz del piloto corrije la información y dice que, no, Mendoza mejor no, mejor volvamos, digo, por si acaso en Mendoza también hubiera mal tiempo o algo. De vuelta para Buenos Aires, entonces.
No hay cajita feliz ni caramelos en el viaje de ¿vuelta? pero aterrizamos en Buenos Aires, cuatro horas después de la hora en que deberíamos haber aterrizado en Córdoba. Se prende el cartelito de abrocharse los cinturones. Altavoz. Esperamos hayan tenido un vuelo placentero. Bienvenidos a Buenos Aires. Esperamos recibirlos nuevamente a bordo. Gracias por elegir Aerolíneas.
La gente sonríe. Y aplaude.
Ya abajo, trato de abrirme paso entre los demás pasajeros que, como yo, tratan de saber qué va a pasar con el vuelo. O los vuelos. Un par de empleados de Aerolíneas tratan de explicar cosas a pasajeros de tres o cuatro vuelos demorados, suspendidos, reprogramados. Logro cambiar mi pasaje para dos días después. Y llego a casa para almorzar.
Viernes, dos días después. Otra vez el vuelo sale tarde de la madrugada de Aeroparque. Dejá vu. Otra vez cajita con budín, barrita y caramelo. Esta vez, sí logramos aterrizar en Córdoba.
Día de trabajo, visita a viejos conocidos, y horas después, la vuelta. Y ahí estoy, mirando la pantalla que dice "delayed". Cambiaron el diseño que les hicimos a las pantallas hace años. Se lee menos y los logos de las líneas aéreas están más chicos. Muchas cosas cambiaron en estos aeropuertos estos años, desde que ya no estoy ahí y ahora que sólo estoy ahí como pasajero.
La gente, no, no cambió. Sigue haciendo cola para subirse a un avión con los asientos ya ubicados. Sigue queriendo embarcar antes que el resto. Sigue con miedo a que el vuelo salga sin ellos. Sigue prefieriendo estar amontonada adelante del gate 5.
Trato de volver a leer, sentado en un asiento algo incómodo –por lo menos, cuando ya hace más de una hora que estás ahí sentado. Cuatro o cinco páginas y ahí sí, pasajeros del vuelo 2531, los invitamos a embarcar por la puerta 5.
Ahí vamos, de nuevo. La cajita, ahora, viene con un rico sandwich de jamón y queso y me pido una cerveza que no está muy fría, pero sirve.
Ahora sí, bienvenidos a Buenos Aires.

5 comentarios:

SP dijo...

Muy lindo

S A L dijo...

lindo relato, Mat. Que el "delayed" se borre de la pantalla de nuestros encuentros también.

mato dijo...

gracias, sp!

sal, sí, tenemos que corregir este tema. este finde podría ser. prometo llamar y arreglamos algo.

Anina dijo...

Esa descripcion vale para cualquier aeropuerto del mundo :-) Muy bueno!

mato dijo...

anina: sí, los aeropuertos son todos iguales. o serán todos el mismo? algo así como una dimensión desconocida... turururutururu (bueno, eso va con la musiquita de la serie, je)